Acostumbrarse a oír y decir "te quiero" con facilidad, con sentimiento del que es de verdad.
Dejar de escuchalos, decirlo y no obtener respuesta. Ese es el peor de los silencios.
Un silencio apagado y doloroso que te apuñala donde creías que era el hogar de otra persona, el de tu otra mitad.
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Burbujea pues...