No te ofrezco, como presente,
un corazón arraigado.
Más bien, una oculta y estéril simiente,
aguardando el surco sabiendo que,
sepultada, tendrá que batirse en duelo.
Otros, o todos,
serán los jueces,
en este combate tuyo,
contra ti.
Kutxi Romero.
León manso come mierda (Ruidografías).
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