En unas horas hará dos semanas que me encuentro sólo y perdido, navegando en un mar horrible y tempestuoso con un barco de papel, sólo y rechazado por todos voy a la deriva por falta de un timón que me ayude a esquivar las duras y gélidas rocas con las que choca mi embarcación.
Creo que no sé dirigir un barco, creo que ni siquiera tengo madera de capitán del Mi estrella, ese barco de papel que hago creer que es mío.
Más que un barco de papel es un bote de cartón, de los típicos de guardar tabaco de pipa, y no flota, no muy bien al menos. La dirección es además algo irregular, ¿qué se puede esperar de un bote?
Pero siendo sincero, esa embarcación no es más que un bote que arrendé hace unos años, puede que dos décadas, sin saber siquiera como navegar en él.
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