jueves, 28 de febrero de 2013

Recordar, y querer...

Es hora de decir que me toca recordar. De eso va todo esto. A esto nos evocan los 500 días, los muchos años y las constantes estaciones. Y la vida, claro.
Los fracasos, las esperanzas, los 500 te quiero y los 1000 te odio. Y las lágrimas. Aunque fueran de mentira, o de verdad. Los dibujos en la mesa, las flores marchitas, los susurros en la feria, los gritos en el cine, los engaños físicos... y los mentales.

martes, 26 de febrero de 2013

Realizado

No puedo sentirme más orgulloso por haber tenido su brisa todo ese invierno, todo ese verano, todo ese otoño y gran parte de este invierno.

Su calor y su razón, su frescor y su condición. No soy digno de tal magnitud.

Pero es satisfacción lo que saboreo si miro al ayer, a nuestro gran ayer.

lunes, 25 de febrero de 2013

miércoles, 20 de febrero de 2013

Feliz

Como un crío pequeño con un caramelo. Saltando de alegría porque me sale de esa forma.
Sin nudos de angustia, sin el malestar de la espera.
Ahora mismo, siendo de noche, brilla el sol.

sábado, 16 de febrero de 2013

Y el joven pez decidió que no era un pequeño pez de colores típico de peceras de hogar, sino un pez en crecimiento nadando en medio del amplio mar salado.
Que el mar escuece debajo de las aletas, pero sigue siendo mar y él un simple pez...
Y aún está por crecer.

martes, 12 de febrero de 2013

Cielo y sol

Qué pensará el propio sol de los pájaros, de las nubes?

¿Por qué piensa mal del cielo cuando ve a las nubes descargar su lluvia, cuando el viento gobierna el tiempo?

El cielo sólo busca a su sol y luna, ¿pero acaso sabe el sol que es él quien reina en el cielo?

lunes, 11 de febrero de 2013

Cero grados

Un globo, dos sexos, tres orgasmos; cuatro risas, cinco besos, seis gemidos; y ríe la luna por nada.

Siete dudas, ocho renuncias, nueve fugas; diez silencios, once rosas, doce docenas de espinas afiladas, oxidadas con desprecio.

Trece broncas, catorce puñaladas, quince duchas de agua helada; dieciséis deudas, diecisiete borracheras, dieciocho razones bomba; y la luna llora descuartizada.

Diecinueve abortos, veinte colillas, veintiun castillos de arena; veintidos historias, veintitres puntos de sutura, y veinticuatro horas extraordinarias; y ciento una heridas abiertas, y trescientas sesenta resacas, y mil y una noches sin ti."

Parece que te veo reflejada en mi ventana; me levanto y es el sol, ¡cómo pica esta mañana! oye sol, no seas cabrón; no me vengas con putadas, que creí que tus rayitos eran beos de mi amada y no lo son.

domingo, 10 de febrero de 2013

El bueno, el feo y el malo

Conozco la sonrisa brillante de las mañanas, las tardes melladas, las desdentadas noches.
Sé del aullar de gigantes en lumbres de aspa de molino, sé del letargo de los sentidos entre el estruendo de monedas, sé del néctar de las bocas y de su aliento en la nuca, sé de las palabras inútiles como bonitas de humo, y de camas deshechas como lienzos desflorados, sé de los bordes cortantes del canto herido, sé de su demencial cordura.
Desconozco, sin embargo, ese rostro; vagamente familiar, que me mira a cada instante desde el espejo.

Contra todos (inédita)

Extremoduro
Contra todos (Inédita)

sábado, 2 de febrero de 2013

Maldito rincón

Tantas veces te quise porque eras el único que escuchaba mis cosas, el único rincón donde plasmarme, pero ahora, te veo como un miserable lugar donde escribir gilipolleces que hacen que mi vida cambie a peor, siempre a peor.
Eres el culpable de todo esto, mi mal expresión de mis emociones y la lectura incomprendida de esas palabras han hecho que se cree un profundo pozo en el que cada palabra escrita es odio.
Este puto blog sólo ha causado odio y dolor, a mi y a sus lectores.

Incongruencia de un despropósito

Era un día de lo más normal, el sol brillaba intensamente en el cielo y al joven chico le apeteció ver a lo que, con más cariño, había tenido en su vida. Decidió proponerle un encuentro de lo más vulgar y ordinario, nada destacable pero muy criticable. Ella realmente aceptó pero el tic-tac de las horas hizo mella en su cabeza diciéndole que no, que era todo un gran error.

Soy un mar salado

Es un mar salado, hace escocer sus ojos, irrita su piel.
Hace remolinos y mueve piedras, esas piedras martillean sus delicados pies mientras nada en mí.
El agua está tan fría que empieza a tiritar, sus labios morados sólo desean salir de ahí.
Su vello, en punta, grita en busca de calor, de una toalla donde poder secarse. pero antes debe salir de aquí.

viernes, 1 de febrero de 2013