Hace mucho tiempo ya que no me siento tranquilamente a escribir una entrada profunda, de esas con su toque filosófico y de un lenguaje no tan común.
Hace minutos que pasó la procesión de la Virgen de Gracia y Esperanza (creo que se llama así) y hasta que salga de mi casa para ver la procesión del Silencio tengo algo más de una hora libre en la que cenaré, veré algo la tele y malgastaré el resto del tiempo.
Y por ello quiero aprovechar unos minutos para volver a mi, aunque ya no tanto, habitual cauce, y como hace tiempo que no escribo por escribir he decidido hacerlo ahora y así ver si, como sospechaba, he perdido ese toque que, para mi mismo, me caracterizaba.
Y es algo que realmente no podré saber hasta al menos haber terminado de escribir todo esto, que como se irá notando poco a poco no trata de nada, absolutamente de nada.
Y es eso lo que quiero conseguir, antes podía escribir una entrada bastante voluminosa hablando de un único tema, ahora ya no, o al menos no lo intento.
Con el paso del tiempo me he dado cuenta de que mis entradas han perdido "fuerza" y creo que es debido a que ya no me apetece contar todas mis anécdotas, historias, pensamientos o sentimientos por aquí, sino que prefiero compartirlas fuera de aquí o guardármelas para mi mismo.
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