miércoles, 16 de enero de 2013

Una historia de destrucción

Una noche se cargan de optimismo y ganas, a la siguiente desmienten todo lo anterior y se lanzan al vacío, solos y sin paracaídas.
Él se acuesta fatal, se levanta fatal y al despertar mira el móvil y nada... Lo peor es que aún con esas ve algo aún y sabe que no están tan perdidos, pero faltan ganas, y sin ellas no hay nada que hacer...


Su cabeza daba vueltas esta mañana, mareado y confuso por todo lo que había estado pasando estos días, su madre le preguntó que qué le pasaba, por qué no se levantaba y el sólo decía que le dolía muchísimo la cabeza. Él sigue acostado pensando en por qué esta pasando ésto hasta que por hambre decide levantarse, su madre lo mira a la cara y le dice: Se nota que estás malo, tienes hasta los ojos hinchados. Si ella supiera...

Es todo una gran, una enorme caja oscura llena de arena y dentro de ella una pequeña concha de caracola, perdida entre los millones de granos que la rodean.

Si ella no tienes ganas de más, él se retirará...

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