Hoy he recibido el último golpe que podía encajar mi alma, mi corazón está cansado de respirar este desprecio alimentado de tanto sin sentido.
La luna no debe consultar con el sol por echarlo del cielo cada anochecer, y el sol no puede despreciar el hecho de que ésta quiera salir a alumbrar el cielo estrellado cada noche.
Me siento mal y abatido, pero sobre todo decepcionado.
Ya no espero ninguna disculpa ni explicación por este trato con el que me acaricia la vida.
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Burbujea pues...