Fue un amor brutal,
un temporal que dejaba las banderas arrancadas,
los arboles caídos sobre los coches,
las líneas sin servicio.
A veces fue hermoso como es hermoso mirar un huracán,
y fue un huracán por eso,
pero sobre todo,
por sus consecuencias.
La población de aquel país
tardó varios años en volver a la normalidad.
Lo curioso es que en ese país yo era el único habitante.
Ella era el viento, los pulmones brutales de la duda,
de mi invierno.
Marwan.
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