Nunca creí llegar a esto, ahora soy yo el que no se reconoce a sí mismo, no sé quien soy.
Soy una encrucijada de tristeza, recuerdos y pensamientos con el único objetivo de gritar.
Yo hace un año solo quería sonreír y ver una cara, ahora me apetece quedarme en la cama rodeado del calor con el que me abrazan las sábanas.
Lloraría si sirviese de algo, gritaría si hubiese alguien que quisiera escucharme.
Esto no va a volver, yo no voy a volver. Mi mente ya se está abstrayendo hacía un mundo de pensamientos negativos mientras que yo la dejo, ya no lucho, sólo cedo.
Un enorme nudo en mi garganta no cesa de crecer al mismo ritmo que yo por dentro me marchito.
Por primera vez en un año al acostarme me he sentido sólo, completamente sólo.
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