Llegar a la cama y ser mucho más que una guarrada sin ti, pensar en la estancia del corazón y en el haber desperdiciado el último beso entre enfados.
No tener sitio ni donde cobijarse, ni en la propia soledad ni en el sagrado refugio de sábanas me encuentro a mi ser.
Mi corazón perdido de tanto haber andado, ahora debe buscar el sendero sin marcar de los pasos que debe dar para volver a mi.
Muy lejos se encuentra pues una vez dejó de pertenecerme a mi por ser parte y destino de pequeño gran corazón.
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Burbujea pues...