Tú, caballero andante, andante...
que te arrastras por los senderos de la soledad y no ves la luz de la verdad.
Tú, caballero andante, ser errante...
defensor a espada de la oscuridad fulminante.
Tú, caballero andante, pero nunca caminante...
no oyes los pasos que das montado en tu caballo Rocinante.
Yo, fiel escudero,
aunque embrión de caballero,
nunca quise ser guerrero.
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Burbujea pues...