El sol enrojece los pulmones del pequeño niño Corazón,
que aunque lleno de ron,
guarda su esperanza en aquél jarrón.
Pobre niño Corazón,
nadie entiende au desazón.
De día siente frío,
y de noche arde en su río.
Nadie te siente, Corazón.
Dime, ¿por qué eres tan cabezón?
Pobre niño Corazón,
no llores más porque no tienes razón.
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