jueves, 25 de agosto de 2011

Vida

Esta mañana encerrado en mis pensamientos mientras intentaba estudiar en la biblioteca me he dado cuenta de que cada persona es un mundo con una vida independiente sin tener relación directa con uno mismo, todos en su pequeño mundo viviendo en silencio.

A las 11, como de costumbre, me he salido a fuera a tomar el fresco y a que me diera un poco de sol, me he sentado en un banco y me he dado cuenta de lo mismo pero a la vez de lo contrario.

He visto a cientos de personas pasar por delante de mí en menos de 10 minutos, un fuerte sonido de gentío, cada uno yendo a lo suyo.
Cada persona independiente pero a la vez conectada con la gente que le rodea, vivimos en una red de pequeños y finísimos hilos haciendo que cuando uno se rompe afecte a los demás pero de forma indirecta y temporal.

No nos damos cuenta de que no somos los únicos en este mundo, de que hay miles y millones de personas a nuestro alrededor, que lo más seguro es que sólo las veamos una vez a lo largo de toda nuestra vida o que incluso nunca las veamos.

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