sábado, 17 de marzo de 2012

Gente

Me he tirado asomado en el balcón más de 30 minutos
Es increíble ver como una calle del casco antiguo puede albergar tanta vida, tantas personas con un esencia diferente, una vida vivida o por vivir.


Me he fijado en un anciano que iba paseando con un hombre mientras iba andando apoyado por una silla de ruedas, me he quedado mirándole.
He pensado en que pensará, a su edad, de todo, lo que habrá vivido, y sin conocerlo de nada me lo he imaginado con 20 años, con su grupo de amigos, con su novia, con su familia y lo he vuelto a ver a sus añazos paseando por mi calle.

Y esto me ha dado que pensar, cada persona es única y nadie, nadie podrá vivir lo de otro, ni el otro lo de uno mismo.
Cada uno vive unos sentimientos, unas circunstancias guardando en su recuerdo momentos y momentos propios que jamás serán realizados por otros, no al menos de la misma forma.

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